La Virginidad No Existe

Desde los comienzos de nuestra historia hemos vivido con el concepto de virginidad, aquella palabra que a través de la evolución del ser humano ha conllevado diferentes presiones sociales, se le han adherido diferentes definiciones y es utilizada hasta el día de hoy en diferentes contextos, tanto como insulto, como halago, o simplemente como una forma de definir a aquellxs que no han tenido relaciones sexuales. Pero el concepto de virginidad no es más que una simple construcción social que realmente no tiene una validez biológica como se ha creído por mucho tiempo.

El concepto de virginidad nace como un término para identificar a las mujeres que no habían practicado relaciones coitales, las culturas religiosas le adhirieron connotaciones sociales, identificando a las mujeres vírgenes como “puras y buenas” y a la desvirginidad como un pecado o como algo “diabólico”. En el Siglo 7 antes de cristo, en la cultura romana el concepto nace gracias a las vírgenes vestales, las sacerdotisas de la diosa Vesta, que durante 30 años debían mantener su pureza y castidad y si no cumplían con esto eran cruelmente castigadas, siendo enterradas vivas. En el Siglo 4 antes de cristo, con el nacimiento de Jesús, la palabra se amplía para aplicarse a María y así crecieron las creencias cristianas con respecto a la virginidad, asociando al sexo con el pecado y a la abstinencia como el estilo de vida ideal de la mujer cristiana. A lo largo de la historia se han creado diferentes formas de identificar a la mujeres que eran vírgenes y a quienes no lo eran, por ejemplo por su forma de comportarse, por el color y forma de los pezones, el color de su orina etc. a la larga, estas creencias se fueron desmintiendo. Con los años el concepto de virginidad fue evolucionando, utilizándose tanto para hombres y para mujeres, conllevando diferentes connotaciones sociales, y obteniendo diferentes definiciones de él.

Actualmente, hay quienes definen al acto de perder la virginidad como quienes tuvieron cualquier tipo de relaciones sexuales con otra persona (sexo oral, masturbación, etc.), pero mayormente se toma a la penetración como el acto para perder la virginidad.

La definición más encontrada actualmente, dice que la virginidad en el caso de las mujeres es aquella que se pierde cuando el himen se rompe, y esta sería la única diferencia biológica de ellas al momento en el que experimentan la penetración. En el caso de los hombres, no hay ninguna diferencia biológica que indique que aquellos han tenido relaciones sexuales. Pero la realidad es que la rotura del himen no indica si la mujer ha tenido relaciones sexuales o no, ya que éste se puede romper de cualquier manera, ya sea andando en bicicleta, haciendo ejercicio etc.

Hay mucha desinformación sobre qué es el himen y qué pasa con él al momento de la penetración, la fisiosexóloga y fisioterapeuta de España Marta Torrón, explica: “Nos han contado que el himen es una membrana, que en el momento en el que entra un pene o un juguete se rompe y desaparece, pero esto es totalmente falso, el himen son trocitos de carne que adornan la entrada de la vagina y en la mayoría de los casos está abierto, nunca está cerrado, es tejido elástico y vas a tener tu himen toda tu vida.” “Si en tu primera relación o primeras relaciones sangraste, es porque algo se estaba haciendo mal, ya sea porque se estaba forzando o no había excitación, y seguramente el sangrado vino por lesión en la mucosa, pero no porque se rompiera el himen.” Sabiendo esto, se puede asegurar que tampoco hay ninguna diferencia biológica que indique específicamente si una mujer tuvo relaciones sexuales o no.

De esta manera, se puede concluir que la virginidad no es más que una construcción social, que nació hace millones de años a través de la religión para el control sexual de las mujeres, que no tiene ninguna validez biológica y que solo define al hecho de no haber experimentado algo que quizás otras personas sí, pero no hay ninguna palabra para aquellos que por ejemplo aún nunca han jugado al tenis o nunca han cocinado.

Actualmente vivimos en una sociedad hipersexualizada, porque el éxito de las personas se mide en cuanto sexo tuvieron o tienen o con qué tanta regularidad. Existe una presión muy grande, y más aún en los varones, para que aquellos “pierdan su virginidad”, porque ser virgen a una determinada edad está mal visto, o es sinónimo de estupidez, tanto así que hasta la palabra es utilizada como un insulto, esto lleva a que muches tengan relaciones sexuales tempranas sin realmente desearlo, o a que por ejemplo le paguen a alguien solo para dejar de ser vírgenes, por lo que entonces, la presión, más que por tener relaciones sexuales, es para quitarse la etiqueta de “virgen”. Estas cosas dejan en evidencia lo absurdo del concepto de virginidad y de las presiones sociales en cuanto al sexo, y dejan en evidencia que realmente la sociedad no vive su sexualidad libremente.

Normalmente aquello que más se busca o lo que más se considera un logro, es la penetración, ya que como se mencionó antes, mayormente es lo que se toma como el acto para perder la virginidad, por lo que las relaciones entre dos mujeres o entre dos personas con vulva quedarían fuera de esto.

Se cree que la penetración es el acto principal o la principal meta en las relaciones sexuales, pero realmente es solo una cosa dentro de todo lo que se puede hacer, por lo que es absurdo que la virginidad sea definida por solo una cosa de todas ellas, y que no todes disfrutan.


Con todo esto explicado, queda demostrado la cantidad de desinformación que hubo y aún hay alrededor del sexo, de nuestros cuerpos y del concepto de virginidad, ya que siempre ha sido un tema tabú y aún en la actualidad lo sigue siendo en todo el mundo. Aún queda mucho más por descubrir, y es necesario que así sea, por nuestra salud, para conocernos a nosotros mismos y para que, de a poco, la sociedad viva su sexualidad de manera más libre.

Mojana Blanco


Fuentes:

ME CANSÉ DEL SEXO

Me cansé del sexo casual.

Me cansé de tener que indicar cómo y dónde.

Me cansé de que haya más previas de bailes que eróticas.

Me cansé de fingir que la pase bien.

Me cansé de poner cara de póker cuando no, no se siente.

Me cansé de conocer hombres que son fuego en el chat y agüita en el hotel.

Me cansé de la fría práctica, quiero más arte.

Me cansé de ése que lo tiene todo pero es una basura de persona.

Me cansé de «arreglarme» sin ganas.

Me cansé del chamuyo y los regalos

Me cansé ¿Cuál es?

Me cansé del falso «estoy solo”; cuando jamás pregunté.

Me cansé de poner todo el cuerpo y el otro sólo una parte.

Me cansé de que pidan cuando no sale ofrecerlo.

Me cansé del ego del macho cabrío, deseo más magia, más ideales al desnudo.

Me cansé loco.

Un año de celibato no vendría mal no sé, será que estoy más grande o amándome más…

Andrea Echagüe

Día Internacional de la Mujer: El verdadero origen

El 8 de marzo fue el día internacional de la mujer, y como todos los años se conmemoró masivamente y miles de mujeres salieron a las calles a reivindicar sus derechos.

¿Pero cual es el verdadero origen de esta fecha?

Hay distintas versiones de esta conmemoración, por lo que no todxs saben realmente cuál es el verdadero origen del 8 de marzo, ya que a lo largo de la historia, tanto en las escuelas como a través de los medios de comunicación, nos han dado datos erróneos o no nos han enseñado la historia completa.

Siempre se nos ha dicho que el origen del día internacional de la mujer se dio en algún  momento entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX por la quema de la fábrica textil Triangle Shirtwaist de Nueva York, donde murieron más de 120 mujeres y más de 20 hombres, luego de declararse en huelga con permanencia en su lugar de trabajo. Sobre este acontecimiento siempre se han dado datos distintos, y más sobre el año en que esto ocurrió, pero mayormente coinciden en que sucedió un 8 de marzo. Este suceso fue real, pero no ocurrió en aquel día, sino que fue un 25 de marzo de 1911. Esta confusión se dio ya que realmente no hubo un gran interés en averiguar de dónde es que viene esta fecha.

El 28 de febrero de 1909 se celebra el Primer Día de la Mujer en Estados Unidos, a propuesta por la militante socialista Theresa Malkiel, en un contexto de luchas por los derechos laborales.  

Un año después, en 1910, se conmemoró formalmente el día internacional de la mujer trabajadora, durante la Segunda Conferencia Internacional de las Mujeres realizada en Dinamarca, cuando la Alemana Clara Zetkin propuso la adopción de un día de lucha que las reuniera.

Hasta ese momento el Día Internacional de la Mujer no tenía una fecha única establecida en todos los países.

El verdadero origen se da en el comienzo de la Revolución Rusa, cuando las mujeres de aquel país incrementaban cada vez más la clase obrera, ya que los hombres estaban combatiendo en la Primera Guerra Mundial. Fue el 23 de febrero de 1917, en medio de una crisis económica provocada por la guerra y el régimen zarista, cuando las mujeres rusas salieron masivamente a las calles e hicieron una huelga de hambre reclamando cambios importantes como buena alimentación y el final de la guerra, logrando conseguir la ley de sufragio femenino entre otros derechos. Desde ese entonces aquel día se volvió memorable en la historia, conmemorándolo como “El día Internacional de la mujer Trabajadora”. Pero la confusión en el origen de esta fecha se da en que en ese momento en Rusia se utilizaba el calendario juliano, diferente al gregoriano que se utiliza en el resto de los países, por lo que su 23 de febrero era nuestro 8 de marzo.

Finalmente, en el año 1977 la ONU designó oficialmente el 8 de marzo como “El Día Internacional de la Mujer”.

Es importante que la historia de la lucha de las mujeres deje de estar invisibilizada y podamos conocer realmente qué es lo que conmemoramos todos los años y cuál es el origen del día que representa nuestra lucha y que cada año nos lleva a las calles a reivindicar nuestros derechos.

Mojana Blanco


Fuentes:

Encerrado en Ilusión

     En esa habitación oscura, con un ambiente calmado y tranquilo, solo se escuchaba el sonido de su voz, explicándole al psicólogo cada una de las situaciones que había vivido. Mientras miraba a los ojos ese rostro tan serio que casi no mostraba expresión, le describía los siguientes hechos esperando que el terapeuta le dé una única  respuesta que solucione todos sus problemas:

En el momento que levantó la vista de sus papeles de trabajo, notó una luz colorida que se interponía en su campo de visión, continuó observándola por unos segundos, pero no podía identificar qué era. A unos centímetros de esta, visualizo otra luz de un color distinto, al girar su vista alrededor de su oficina, fueron apareciendo más luces dispersas por el lugar, de colores que no podía identificar. Creía haberlas visto antes, eran de esas manchas que aparecían cuando uno se queda por un buen rato observado una luz. Pero estas, no tenían razón para aparecer allí.

Se quitó los lentes y se refregó los ojos, cuando volvió a colocárselos, ya no había ni una luz, solo tenía la vista de su blanca oficina. Rápidamente le dio una justificación, pensó que podía tratarse de su vista cansada, o por el estrés de tanto trabajo.

Dos días después, a la misma hora, se encontraba en el mismo lugar y en la misma posición, concentrado en su trabajo. Una extraña luz colorida se interpuso en la vista hacia sus hojas. Levantó la mirada, y varias luces del mismo estilo fueron apareciendo por su oficina, en cada rincón que miraba. Se quitó los lentes y se refregó los ojos, al volvérselos al colocar, las luces ya no estaban.

Más tarde, en el mismo lugar, varios colores extraños fueron apareciendo por su campo de visión, interrumpiendo su concentración en el trabajo. Estas mismas luces que ya conocía, se habían multiplicado más que la vez anterior, antes de quitarse los lentes, se quedó observándolas por unos segundos y notó como algunas de estas se mezclaban entre sí. Rápidamente, quitó sus lentes y se refregó los ojos para que estas luces desaparecieran.

Esta vez, no pudo ignorarlo, ya no podía quitarse de la cabeza la duda de  qué era lo que le ocurría. No podía quitarse de la cabeza, la certeza de que tenía que ir a un oculista para averiguarlo.

A la mañana del día siguiente, fue a ver un oculista, solo le sirvió para tener unos nuevos lentes, ya que los suyos estaban algo rotos. Según el oculista, su vista funcionaba perfectamente bien con el aumento que utilizaba. No mencionó ni una palabra de lo sucedido, no iba a arriesgarse a la posibilidad de que pensara que estaba volviéndose loco.

Decidió dejar de darle importancia, convenciéndose de que ya todo pasaría con el tiempo, para concentrar su mente en el resto de su vida, su trabajo.

En la tarde del día siguiente, el hombre se encontraba en su casa, disfrutando del sonido de su soledad, sentado en su silla, concentrado en sus papeles de trabajo. Hasta que algo desvió su atención. Visualizó una extraña luz colorida que le impedían leer sus hojas. Rápidamente se quitó los lentes, y refregó sus ojos, con dificultad y apuro, volvió a colocarse los lentes, con sus manos casi temblando. Notó una colorida luz en la pared, al segundo, otra más apareció, y así, en cada lugar que fijaba su vista, una luz aparecía. Desconcertado, rodeó toda la habitación con su mirada, y solo le quedaba observar como esos ya repudiables colores se mezclaban entre sí. Hasta solo ver eso, colores y luces, tapando su vista, dejándolo totalmente cegado y perdido en ese espacio tan colorido.

En total desesperación, se tomó la cabeza con sus manos mientras observaba como tantas luces lo rodeaban, impidiéndole su vista. Comenzó a escuchar un insoportable sonido, era como un pitido, que lo iba aturdiendo cada vez más. Aunque sabía que provenía de su cabeza, tapó sus orejas con sus manos como si eso le impidiera escuchar. Segundos más tarde, el fuerte sonido se desvaneció, seguido de las extrañas luces. Observó, que podía ver su escritorio con claridad. Ahora solo escuchaba el sonido del silencio y la tranquilidad, pero en su cabeza, continuaba un caos total.

“¿Qué me pasa?” Esa pregunta no se dejaba de repetir en su cabeza. Cada día vivía la misma situación, podía pasarle dos veces al día o solo una, podía pasar unos tres minutos con esas luces ahogándolo, impidiéndole ver, o simplemente se le aparecían algunas por el lugar. De todas formas, cada vez se convencía más de que debería hacer algo al respecto.

La idea de estarse volviendo loco lo volvía loco.  Le causaba pánico de solo pensarlo, de solo imaginarse que al abrir la boca acabaría en un psiquiátrico. Pero a la vez sabía que no podría seguir viviendo  así, por esto, luego de tanto negárselo y esquivándolo, tomó la decisión de ir a terapia.

Observaba su rostro mientras le contaba cada una de sus situaciones. El psicólogo no mostraba ni una expresión, perecía oírlo con atención, pero había mucha seriedad en su rostro. Terminó de relatar su historia, esperando a que el terapeuta le dé una respuesta que solucione todos sus problemas, o que al menos le diera el significado de todo lo que le estaba pasando.

“Es estrés” Contestó.  “Estrés por trabajo”. Le sugirió que se tome algunos días de descanso, quizás que se vaya de vacaciones a algún lado.

Así lo hizo, haría todo con tal de que esa tortura termine. Ganaba bastante bien en su trabajo como para tomar vacaciones él solo, así se decidió a irse 5 días a un hotel frente a una playa.

En su soledad, sentado en su reposera, observaba los movimientos de las olas del mar. Así, pasó un día entero sin cruzarse con esas odiosas luces.

¿Y si volvían a aparecer? ¿Y si no es estrés? ¿Y si esto ocurre por siempre? Esas preguntas comenzaron a comerle la cabeza en la mañana del día siguiente. Ahí, en ese momento de miedo intolerable a que todo vuelva a suceder, sentado en la cama, observando la habitación del hotel, visualizó una luz colorida, que ya la reconocía muy bien. A unos metros, apareció otra igual, de un color distinto. Estas luces del mismo estilo, de a poco fueron llenando la habitación. Esta vez no tenía puestos sus lentes, no encontraba forma de detenerlo. Terminaron por tapar su vista por completo, solo veía luces de distintos colores mezcladas entre sí. En este punto ya sabía lo que venía, comenzó a escuchar un insoportable pitido, que provenía de su cabeza, y aturdía sus oídos. Se tapó con fuerza las orejas con sus manos, esperando que todo pase.  Sintió como su corazón palpitaba cada vez más rápido, cada vez con más fuerza, como si quisiera salirse de su cuerpo. Sus manos pasaron de sus orejas a cubrir su pecho, cuando sintió un enorme dolor en esa zona, un dolor que nunca había conocido. Y en esos segundos, sin encontrarle explicación, una gran sensación de que su muerte se aproximaba invadió todo su cuerpo y mente. En esos microsegundos, podía asegurar que su vida acabaría en ese instante.

Se decepcionó cuando ya todo acabó y volvió a la normalidad. Las luces desaparecieron, junto con el dolor, el ruido, y las rápidas palpitaciones.

Se paró de la cama y fue a desayunar, como si nada hubiese pasado, o como si todo lo recién ocurrido, fuera normal de todos los días. Que para él, ya lo era. Abajo en el comedor, tomaba su café mientras pensaba en muchas cosas y miraba a la nada, a un punto fijo que ni le prestaba atención. Entre pensamientos, comenzó a invadirlo el gran deseo de volver a ver esas luces. De sentir el mismo dolor, de volver a vivir lo mismo que esa mañana. Cada día que pasaba, el deseo se  volvía más grande, esperaba con ansias el momento de volver a ver esas luces. Pero nada pasaba, los días entre ese hotel y esa playa continuaban normalmente, como si todo fuera feliz y agradable. Al ver que sus deseos no se cumplían, nuevamente comenzó a frustrarse, a tener pensamientos negativos, comenzó a asegurar, en su mente que todo era injusto y que el mundo estaba contra él, como si fuera el centro de todo.

Cansado y frustrado de que las cosas no ocurrían como quería, simplemente continuó con lo que le quedaba de vacaciones, aceptando que “todo es una mierda” como él decía y repetía para sí mismo.

Ya en el último día en la playa, se encontraba frente al mar, rodeado de soledad, como a él le gustaba, con sus pensamientos, y el movimiento de las olas como único entretenimiento.

Entre su vista al mar se interpuso una luz colorida, en la que rápidamente fijó su vista. A un metro de esta, apareció una luz de un color distinto, le siguieron miles de luces más las cuales en unos instantes ya estaban cubriendo toda su vista, ahora no escuchaba solo el pitido, ahora se mezclaba con el sonido del mar. Ese sonido insoportable iba aturdiendo cada vez más sus oídos, le siguió a eso, un fuerte dolor en su pecho, junto con fuertes palpitaciones del corazón. Comenzó a sentir un fuerte dolor en todo su cuerpo, era un dolor inaguantable, pero que él ahora estaba dispuesto a soportarlo. Se sintió invadido por una gran sensación de que se moriría ahí, en ese instante. Nunca había sentido una sensación tan placentera, disfrutaba cada vez que el dolor iba aumentando, esperando con ansias, lo que aseguraba que iba a pasar.

En medio de esa sensación de plena felicidad, el dolor se desvaneció, volvió a tener la vista al mar, todo desapareció y volvió a la normalidad. Ahí, es cuando la verdadera tortura comenzó. Se dio cuenta de que viviría por el resto de su vida las mismas situaciones que ya conocía, pero nada pasaría. Siempre iba a vivir ese gran dolor, pero al final todo terminaría. En total desesperación, tomó el arma de su bolsillo, apuntó a su cabeza y apretó el gatillo. Ya no esperó a que la felicidad venga a él. Al fin en su vida hizo algo para llegar a la felicidad.

Mojana Blanco

Asexualidad y arromanticismo

Asexualidad:

Vivimos rodeados de sexo: en la publicidad, en la televisión, en las calles, en las revistas y en internet, nos criamos rodeados de sexo y es imposible evitar eso. Desde pequeños nos implementan la idea en la cabeza de que el sexo es algo que toda persona disfruta y que toda persona va a experimentar, no solo eso, sino que es algo que toda persona debe disfrutarlo y debe experimentarlo. Nos enseñan directa o indirectamente que en nuestra vida debemos tener sexo frecuentemente y más si tenemos una pareja estable.

Si esto no es así, probablemente seremos vistos y tratados como raros, feos, ridículos, estúpidos, etc. Y probablemente se nos insultará con la palabra “virgo” o “virga”. Este es un insulto muy común, y no solo se utiliza en casos que tengan que ver con lo sexual, sino también para referirse a personas que son tontas o ingenuas. Por lo que aprendemos y nos enseñan desde pequeños que ser virgen está mal, y que debemos de evitarlo a toda costa. 

El peso de ser virgen y del sexo en general es distinto para los hombres y para las mujeres, el hombre que es virgen es “tonto”, “estúpido” “lento”, etc. La mujer que es virgen es “inocente” y “santa”, aunque también puede ser “poco atractiva”.  Aunque a ambos se les exige experimentar el sexo, la virginidad tiene más peso sobre el hombre que sobre la mujer, ya que en nuestra historia se ha visto a la mujer virgen como “buena e inocente”, y al hombre como quien debe dar el primer paso para tener una relación sexual y como quien es raro que se niegue a tener una.

Estas distintas reglas sociales que se construyeron con el paso del tiempo tienen un nombre: la alonorma. La alonorma establece que todas las personas sienten atracción sexual hacia otras con determinada frecuencia y/o intensidad. Esto es totalmente erróneo, todas las personas sentimos atracción sexual de diferentes maneras, con distinta frecuencia, en distintos momentos, hacia distintas personas y de distintas formas. La alonorma es una norma social que se creyó cierta a lo largo de nuestra historia, pero que realmente solo representa a una parte de nuestra sociedad.

Es por esto, que aquellas personas que sienten que no coinciden con esta norma ahora tienen su propio nombre y su comunidad: Asexualidad. La asexualidad es un espectro  que representa a quienes sienten que la forma o la frecuencia con la que sienten atracción sexual no coincide con lo que se espera, es decir, con la alonorma. Pueden ser personas que no sienten nada de atracción sexual ni nunca la sintieron, puede que no tengan el deseo de tener relaciones con alguien físicamente pero sí tienen fantasías sexuales y es todo lo que disfrutan, puede que solo disfruten masturbarse y/o ver pornografía pero no desea tener sexo con otra persona, o puede que sí les guste tener sexo con alguien más pero solo en raros momentos y no todo el tiempo, estos, entre otros tantos ejemplos que pueden existir y cada persona elegirá si en su caso entra dentro de este espectro o no, según como se sienta representada.

Estas identidades dentro de la asexualidad tienen sus propios nombres, que pueden considerarse como subcategorías. Algunas de las más comunes son:

 Grisexualidad: Aquellxs que solo sienten atracción sexual en determinadas ocasiones, de vez en cuando o con poca frecuencia.

Demisexualidad: Son quienes sienten atracción sexual solo con personas que ya conocen lo suficiente o con quienes forjaron un vínculo, es decir que nunca o casi nunca sienten atracción hacia alguien desconocido o que conocen hace poco tiempo.

Entre estas hay muchas más y se pueden encontrar haciendo clic acá.

La asexualidad es solo un nombre que está para representar y para dar a conocer  a aquellxs quienes se sienten excluídxs de lo que dice la alonorma, pero realmente todxs desde nuestros comienzos como sociedad sentimos atracción sexual y vivimos nuestra sexualidad de maneras distintas, solo que muchos se reprimen lo que realmente desean para fingir encajar en lo que la sociedad dice que es normal.

Realmente nadie siente atracción sexual de la misma manera que otra persona, porque así como nuestros gustos varían en la música o en la comida también varían en lo que nos da placer sexual y en lo que no. Nadie es igual al otro ni ninguna preferencia sexual es más normal que otra, todos somos distintos en ese sentido, solo que algunxs decidirán identificarse dentro del espectro asexual y otrxs no.


Arromanticismo:

Al igual que con el sexo, las relaciones románticas están en todas partes, nos criaron con ellas y las vemos en todos lados, mayormente en los medios de entretenimiento: En la ficción, en la música, en la literatura, en las redes sociales y hasta lo muestran en publicidades para vender algún producto, y es que el romanticismo es el género que más vende, el principal medio de entretenimiento y lo más presente en nuestra sociedad.

Desde las películas de princesas de Disney, hasta cualquier serie o película que encontremos en la televisión, desde las canciones más escuchadas hasta las creencias religiosas más predominantes. Crecimos y nos criamos con el romanticismo desde que empezamos a tener conciencia, aprendiendo que es algo natural, que hay una determinada manera en la que debemos vivirlo y en la que debemos sentirlo, entendiéndolo como algo que toda persona va a experimentar o que por lo menos va a desear.

A medida que crecemos, entrando en la adolescencia o quizás antes, las personas van esperando de nosotrxs el momento en que tengamos novix o el momento en que nos enamoremos de alguien, dando por hecho que eso algún día va a pasar, y más aún en el periodo de la adolescencia, por lo que las exigencias por vivir aquello pueden aparecer desde que somos pequeños.

Lo más normalizado socialmente es empezar a experimentar el amor en la adolescencia y comenzar a tener desde allí relaciones románticas, la creencia más conservadora dice que las personas deben casarse, tener hijos y llegar a la meta de no morir “solos”, las diferentes películas o novelas tanto para adolescentes como para adultos dicen que la felicidad está en la pareja y en encontrar al “amor de la vida”. Es así que de a poco implementamos la idea en la cabeza de que el amor romántico es algo natural que nos pasa a todos, que debemos enamorarnos, debemos emparejarnos y debemos amar de forma romántica, y de esa manera encontraremos la felicidad. De la misma manera implementamos la idea de que la soltería es sinónimo de tristeza, ésta es socialmente vista como algo negativo ya que a las personas solteras se las ve como fracasadas, o como que su soltería es algo transitorio, que en algún momento tendrán pareja y se asume que eso es lo que desean.

Estas diferentes reglas que se han construido socialmente y marcan parte importante de nuestra historia como sociedad también tienen un nombre: amatonormatividad. La amatonormatividad dice que todos experimentamos o deseamos el amor romántico de forma constante y monogámica. Esto es totalmente falso, el amor romántico se puede experimentar y desear de diversas maneras, en diferentes momentos, con más de una persona a la vez, e incluso hay quienes no lo experimentan ni lo desean.

Estos últimos son llamadxs “arromantiquxs”. El arromanticismo es también un espectro e identifica a quienes no sienten o sienten poca atracción romántica, esto incluye tener relaciones románticas, enamorarse, demostrar afectos como un beso o caricias, etc. Dentro del espectro esto puede variar, hay quienes disfrutan de actividades consideradas románticas y quienes no, hay quienes tienen relaciones de pareja y quienes no, etc.

Lxs arromanticxs sí experimentan el amor de forma platónica, como hacia familiares, mascotas o amigos, es decir que pueden disfrutar de afectos como un abrazo o caricias, pero no de forma romántica.

Es así que existen las relaciones llamadas “queer platonic”, estas son relaciones que van más allá de las normas culturales para una amistad y no son románticas, en donde existe una conexión emocional intensa por la otra persona, pero no hay ningún tipo de afecto romántico, es una relación platónica en donde los involucrados quieren estar mucho tiempo juntos o hasta vivir juntos.  A este tipo de relaciones se las conoce como “squish”. No solo las personas arrománticas tienen squishes, y no todas las que lo son tienen este tipo de relaciones, dentro del espectro hay quienes no desean ninguna forma de relación, por ejemplo les gusta tener un círculo de amigxs cercanos, pero no una relación extremadamente cercana con una sola persona.

Así como existen orientaciones sexuales, también existen orientaciones románticas, por ejemplo se puede ser heteroromantico, homoromantico, biromantico, etc. Y de igual manera que con la asexualidad, existe una gran gama de posibilidades y gustos dentro del arromanticismo, por ejemplo, hay personas demirománticas, grisrománticas, entre muchas orientaciones más y se pueden encontrar haciendo clic acá.

Se conoce poco sobre la amatonormatividad y es una regla social fuertemente impuesta, ya que como se mencionó antes, crecimos con ella como algo natural y marca fuertemente a la sociedad. Pero esta no solo afecta a las personas arrománticas, sino que a todo el mundo, por ejemplo, la noción de que la única manera de ser feliz es estando en pareja, hace que mucha gente se quede en relaciones toxicas, las personas siguen en esa relación por el miedo a la soledad y por el miedo a que se las juzgue. Esta, además de muchas otras presiones sociales que nos impone desde pequeños, genera inseguridades y no deja a las personas vivir el romance y el afecto hacia el otro con libertad.

El romanticismo, al igual que el sexo es totalmente flexible, todos lo podemos vivir de maneras distintas, en diferentes edades, con diferentes intensidades y desear con ello diferentes cosas, no hay una sola manera de sentir, de desear, ni de vivir, y es en esa cantidad de posibilidades distintas que algunas personas desean con más intensidad, otras con menos y otras no desean nada, ya que no existe y es falso que todos sentimos y deseamos exactamente lo mismo.


La asexualidad y el arromanticismo son  orientaciones parecidas entre sí, pero no siempre se es ambas, el sexo y el romance son cosas completamente distintas, y se puede disfrutar de una mientras de la otra no. También existen quienes no sienten atracción ni sexual ni romántica, estas personas son llamadas “arroace”.

Tanto el romance como el sexo son cosas que están fuertemente instauradas en la cultura y en la sociedad y que se creen un deseo natural en todo ser humano. Todo el material cultural que tenemos alrededor de alguna manera nos “confirman” esto, pero no es así, más allá de que un deseo se crea más “normal” que otro, realmente todos somos distintos, deseamos y disfrutamos cosas distintas y quizás más unas que otras. Los nombres y comunidades existen para identificar y conocer que algo diferente existe, pero es falso que todos, una gran mayoría o tan solo dos personas desean exactamente lo mismo. Por lo que en este sentido no existe gente “anormal”, sino gente invisibilizada, gente que no sabe lo que realmente quiere, no sabe quién es o qué desea por desinformación, o gente que sí sabe, pero se vive ocultando.

Mojana Blanco


Fuentes:

Teatro

Hoy Sinergia va al Teatro

Hoy a la noche, en el Centro Cutlural de la Cooperación, vamos a disfrutar de una obra de teatro; El Juicio de Salomé.

Como siempre nuestra hermosa Ciudad de Buenos Aires nos da oportunidades de cultura infinita, una de las tantas es el teatro.

Hoy disfrutaremos de esta actuación, que luego comentaremos, con alguna entrevista por supuesto. Por ahora solo diremos que nos intriga esta obra de Paula Echalecu, dirigida por Hernán Verteramo, con las actuaciones de Paula Echalecu, Paula Brinko y Laura Álvarez.

Con una trama más que interesante: «Con la muerte del padre, una familia se reencuentra después de 23 años. La hija mayor vuelve del exilio al que fue empujada durante la década del ’70. Vuelve a buscar lo que le pertenece, y se encuentra con una versión de su propia historia que puede cambiar drásticamente su mirada sobre el pasado.
Tres mujeres, todas ellas juezas y partes, por las que la historia nacional de los últimos 50 años ha pasado dejando cicatrices indisimulables, lucharán por desentrañar la maraña de su propia existencia, atravesada por la memoria de lo que fue, de lo que pudo ser y de lo que jamás será. Una memoria caprichosa que se pierde y se recupera en mecanismos de defensa y ataque. Una memoria que late todavía.»

Por si quieren acompañarnos, tiene toda la información en este enlace de la Obra. Hoy se estrena y van a estar todos los sábado de Marzo a las 22:30, en el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, Av. Corrientes 1543 CABA, Sala Raúl González Tuñón [1ºP].


Diversidad

En nuestra sociedad existen y han existido a lo largo de la historia ciertas normas sociales, tradicionales, culturales, etc. que están tan instaladas al punto de creer de manera consciente o inconsciente que son naturales. Aquellas no se suelen replantear o siquiera pensar, ya que existen en nuestra sociedad como algo normal y nos rigen, nos mueven y nos definen sin que nos demos cuenta.

Estas normas generalmente dicen que todos como seres humanos vivimos, sentimos y pensamos de una misma manera y de una determinada forma en distintos aspectos,  o al menos hay una mayoría que es así y el resto es un “grupo a parte” que muchas veces es tratado como subnormal.

Esto se puede encontrar en cualquier aspecto de la vida, ya que todas nuestras acciones están formadas por las normas sociales y por lo que vemos que la mayoría hace. Dentro de esa mayoría es difícil hacer algo distinto a lo que el resto esperaba, es difícil replantearlo y comunicar esos replanteos a los demás, es difícil decir que algo puede ser de otra manera, automáticamente el ser humano va a negar aquello distinto, ya que se va a negar a romper esa comodidad en la que se movía.

Es por eso que cuando algo distinto a lo que se esperaba aparece, hay que ponerle un nombre y aquella persona debe anunciar y explicar al resto aquel aspecto que es distinto. Es así que surgió la comunidad lgbt+ o la comunidad “queer” en la que aquel que se creía distinto puede sentirse parte de un algo.

Esta comunidad incluye a aquellxs que se sienten diferente en cuanto a la sexualidad, el amor, el romance, la atracción por otro, la identidad, el género etc. Pero realmente, la diversidad no existe solo en esos aspectos, sino que como se mencionó antes, se puede encontrar en cualquier circunstancia de la vida, en la personalidad, en los cuerpos, los gustos, los pensamientos, las acciones, movimientos y absolutamente todo lo que nos forme como personas.  Algunas cosas la sociedad las entiende como diversas, y otras cosas no, es así que de aquellas cosas que la sociedad no entiende, surgen personas que ocultan ese aspecto y fingen ser parte de esa mayoría que no existe. Y eso es lo que se logra con las normas sociales, que las personas finjan seguirla y finjan ser parte de una monotonía inexistente. 

El punto central es entonces entender que la diversidad no existe solo en un grupo de personas ni solo en algunos aspectos, sino que existe en todos los seres humanos y en absolutamente todo lo que nos abarca, por lo que lo antinatural sería esperar una o dos cosas de otra persona en vez de las tantas que pueden existir, lo antinatural sería que una mayoría o siquiera dos personas en este mundo sean iguales. Por lo que lo más esperable debería ser que todos se comporten de maneras distintas, que nos sorprendan y que tengan cosas que ni sabíamos que existían, porque todos somos diferentes, todos somos diversos y esa es la verdadera naturaleza del ser humano.

Mojana Blanco

La ausencia

Mi confusión al ver tu foto, me hizo dudar si era real tu partida.

Sentí que el mundo se caía,

Que nada valdría la pena,

Después de  imaginar que crecías en mi mente.

Pero el destino se encargo de arrebatarme el amor mas profundo e ilustre que jamás puede imaginar.

Y ahora estoy aquí sentada frente a una pantalla tratando de que este recuerdo no sea un trago amargo.

Tratando de que lo que sucedió hace algún tiempo no sea real y solo  que sea un mal sueño,

 Pero sé que no es así, se que no estás.

Y el dolor por dentro se apodera,

El vacío se hace presente,

 Y… sentir tu ausencia solo me hace querer escapar.

Querer perderme en las calles del silencio dónde solo hay callejones sin salida.

Las lágrimas empiezan a rodar por mi rostro y ahí fue que me di cuenta, que no estabas.

Y el dolor adentro empezó a encenderse tanto que empecé a quemarme y la tristeza se apoderó de todo,

El vacío se quedó ahí,

 Sin darme cuenta vi un reflejo  de un destello de sol que me llegaba a la cara y fue cuando  sentí un alivio sintiendo un beso tuyo.

Anael Villarroel

¿Bullying en el Paraíso Europeo?

La comunidad Argentina de España se vio conmovida el día Martes por el suicidio de 2 nenas gemelas.  Hijas de inmigrantes Argentinos que se arrojaron al vacío desde el 3° piso, una murió y la otra está en estado grave. Dejaron una nota explicando que no soportaban el mal trato hacia ellas, por su condición de inmigrantes de parte de sus compañeros. La nena que murió estaba iniciando los trámites de cambio de género. Tenían 12 años. Este tipo de cosas forman parte del duro proceso de inmigración. Para pensar un poco….

Sabina Salim

Guerra entre Rusia y Ucrania

El 24 de Febrero se cumplió un año del comienzo de la guerra entre Rusia y Ucrania.

Ucranianos saludan a los alemanes que llegan al oeste de Ucrania en el verano de 1941. Wikipedia.

El conflicto en sí arrancó, en épocas de la 2° Guerra Mundial, con el colaboracionismo Ucraniano con las fuerzas Nazi, facilitando uno de los mayores holocaustos de Judíos, a cambio de apoyo económico y político a sus reclamos. A partir de ese momento la tensión con Rusia se mantuvo en constante alerta, dado que en el límite entre ambos países se encuentran las autoproclamadas Republicas de Donestk y Lugansk habitadas en su mayoría por habitantes pro Rusos.

Anexo de Crimea a Rusia (2014). Foto: www.kremlin.ru (presidencia de Rusia)

En el año 2014 Rusia anexa a su territorio la península de Crimea, alegando su pertenencia y considerándolo un lugar altamente estratégico. Ante el incumplimiento del tratado entre Rusia y la OTAN del 27 de Mayo de 1997 de no militarizar la Frontera entre esta y los países miembros de la OTAN, a los que la ex-Unión Soviética los reconoció Independientes, Rusia militariza la Región del Donbas.

Ante la ayuda militar y económica de EE. UU  y la mayoría de los países Europeos a Ucrania,  conjuntamente con duras sanciones económicas a Rusia lleva  al conflicto que tiene en vilo al mundo.

Adrian Salim